A muchas familias les gusta pasar tiempo juntos relajándose en el sofá. El sofá puede ser un lugar fabuloso en donde sentarse juntos a hablar, leer y jugar. Los momentos en el sofá también pueden aprovecharse para trabajar en los resultados de la intervención temprana. Presentamos a continuación algunas ideas para ayudarlo a acomodar los objetivos de aprendizaje y desarrollo en sus rutinas diarias.
Escalar una montaña de cojines
Apile dos o tres cojines o almohadas y anime a su hijo a usar sus brazos y piernas para escalar la montaña. Las acciones de extender los brazos y trepar fortalecen los músculos grandes. A medida que se aumente la fuerza de su hijo, añada otro cojín a la pila para una subida más grande o anímelo a construir la pila él solo.
Cruzar y jugar
Para estimular el desarrollo de los músculos grandes de los bebés y niños pequeños que aún no caminan, anímelos a moverse parados por el largo del sofá. Quite los cojines del sofá y coloque los juguetes favoritos hacia atrás. Así animará al niño a tirarse del sofá para ponerse de pie y extender los brazos hacia el fondo del sofá para tratar de alcanzar sus juguetes.
Construir una fortaleza de cobija
Estire una cobija o sábana entre los cojines del sofá y unas sillas para crear una fortaleza. Entren y salgan gateando de la fortaleza para trabajar en el desarrollo de los músculos grandes. Hablen juntos de quién está dentro o fuera de la fortaleza y de cómo la cobija hace una casita. El uso de palabras como encima, dentro, fuera y debajo aumenta el vocabulario espacial y el conocimiento conceptual de los niños.
Acurrucarse y leer
Guarde una canasta de libros cerca del sofá para que siempre tengan algo para un rato de lectura. Es esencial leer a los niños pequeños para fomentar sus habilidades lingüísticas y su conocimiento conceptual. Lea los libros favoritos una y otra vez. Anime a su hijo a señalar con su dedo las ilustraciones mientras lee usted al hacerle preguntas como “¿Dónde está el perrito color café?”.