Los niños melindrosos con la comida presentan un desafío común para sus familias. Por varias razones, algunos niños son muy selectivos en cuanto a los alimentos que quieren comer. Puede ser que no les gusten ciertos colores, texturas, formas o sabores. Tal vez se nieguen a probar alimentos nuevos o no conocidos.
La alimentación muy selectiva es también una causa común de ansiedad y tensión entre los padres, madres y cuidadores que se preocupan por si los niños pequeños están recibiendo la nutrición que necesitan para crecer y desarrollarse bien. La cantidad de comida y el número de porciones que necesita un niño de cada grupo alimenticio depende de su edad y su nivel de actividad. Un niño que está creciendo bien está comiendo lo suficiente. El proveedor de atención medica de su hijo le puede contestar mejor las preguntas que tenga usted sobre cuánto necesita comer.
En lugar de focalizar en cuánto comen los niños, la autora y dietista Ellyn Satter recomienda que los padres consideren lo que describe ella como la división de responsabilidad en la alimentación. Explica: “Los padres son los responsables del qué, el cuándo y el dónde de la alimentación; los niños son los responsables del cuánto y el si del comer”. El uso de esta división de responsabilidad puede ayudar a los padres a focalizar en lo que pueden influir respecto a los niños melindrosos con la comida, y puede ayudar a estos niños a prestar atención a sus señales de hambre y explorar nuevos alimentos cuando les interesen y sin la presión de sus cuidadores. Usted puede comenzar con las ideas de qué, cuándo y dónde a continuación:
- Qué. Intente variar los alimentos dentro de sus grupos alimenticios. Si su niño rechaza alimentos específicos de cierto grupo, dele otros del mismo grupo. Comemos con los ojos además de con la boca. Trate de variar los colores de frutas y verduras. Permita que el niño pruebe frutas dulces como peras y melones al lado de sabores agrios como los de limones y naranjas. Pruebe proteínas como huevos, tofu u otro tipo de carne o pescado. Para los lácteos, recuerde que el yogur, la leche baja en grasa y de sabor o un batido de leche y fruta puede proveer el calcio necesario. Los cuidadores pueden aumentar el valor nutritivo de algunos alimentos preparados con ingredientes extras. Añada leche en polvo o yogur sin grasa a sopas cremosas, malteados y budines. Mezcle calabacitas o zanahorias ralladas, o puré de calabaza, en panes rápidos, panquecitos, albondigón, lasaña y sopas. Utilice salsas como el cátsup, el aderezo ranch o el yogur para tentar al niño para probar una fruta o verdura nueva. Felicite al niño aun si simplemente lama la salsa o el aderezo. La exploración del alimento nuevo en la boca es también un paso hacia aceptarlo.
- Cuándo. Demuestre el comportamiento alimenticio que quiere ver en su hijo. Dé un buen ejemplo comiendo bien usted mismo. Idealmente, coman juntos como familia al menos una vez al día o intenten hacerlo tres o cuatro veces por semana. Mantenga un horario consistente para las comidas y desanime las botanas o meriendas antes de las comidas para que los niños lleguen a las comidas con hambre. Si el niño tiene mucha hambre antes de una comida, sírvale una parte de la comida, como la verdura o la fruta, mientras sigue usted preparando lo demás.
- Dónde. Desarrolle una rutina en que comen a aproximadamente las mismas horas cada día y en el mismo lugar. Quite las distracciones apagando el televisor y otros aparatos electrónicos cuando van a comer, no permitiendo juguetes en la mesa y minimizando los adornos en la mesa (los niños pueden convertir cualquier cosa en un juguete). Sin embargo, si la mesa del comedor ha llegado a ser un lugar de luchas de poder, trate de ofrecer alimentos saludables en otro espacio, como un picnic en el parque o hasta en una cobija de picnic en la sala de su casa.
Como cuidador(a), usted puede comunicar mensajes positivos acerca de comer saludablemente y probar alimentos nuevos mediante juegos y la participación en la preparación de comidas. Jueguen a darles a muñecas y animalitos de peluche diversos alimentos durante la hora de jugar, lean cuentos que hablen de diversos tipos de alimentos e incluya a su hijo cuando cocina dejando que haga tareas sencillas como revolver la masa para panqueques o lavar manzanas.
Con tiempo y paciencia, usted y su equipo E.I. pueden superar los desafíos de la alimentación muy selectiva. Los nutricionistas y los terapeutas ocupacionales, del habla y del desarrollo tienen pericia para compartir con usted acerca de las dificultades sensoriales, emocionales y físicas que pueden contribuir a que los niños sean melindrosos con la comida.