Los momentos motores se encuentran dondequiera

mom plays on the floor with crawling child

Lo hemos visto todos: les fascina a los niños pequeños la caja o el papel de envolver del regalo más que el regalo mismo. Tal vez debemos seguir su ejemplo. Muchas de las cosas que se encuentran por acá y allá en la casa pueden ser juguetes fabulosos para los niños pequeños. Desde cajas y canastas hasta bufandas y platos, estas cosas están a la mano y pueden animar a los bebés y niños de uno y dos años a moverse por el cuarto.

Los bebés muy pequeños se benefician de estar acostados sobre una cobija suave en el piso. Usted puede interactuar con el bebé al acostarse a su lado y dejar que voltee la cabeza o extienda la mano hacia la cara o la mano de usted mientras usted le habla o canta. El tiempo que pasa el bebé acostado boca abajo—que se permite solamente cuando está despierto—también es importante durante los primeros meses para desarrollar los músculos y el control del cuello y los hombros. Con una supervisión muy atenta, usted puede animar al bebé a tratar de alcanzar un juguete o empezar a moverse.

Mientras los bebés desarrollan músculos y control más fuertes del cuello y los hombros, comenzarán a usar los brazos y piernas para moverse. El ir rodando por el cuarto se convierte en un método eficiente de alcanzar objetos deseados. Una vez que haya desarrollado el control del torso, el niño puede avanzar desde estar acostado a estar sentado, y luego a gatear, pararse y caminar.

Al nacer, las manos del bebé están bien cerradas debido al reflejo con que nace. Pronto descubrirá sus manos y luego sus pies y los dedos de los mismos. Luego podrá abrir las manos, tratar de alcanzar objetos, agarrar objetos pequeños y golpear juguetes.

Una vez que el niño pueda tomar un objeto en cada mano, gozará de golpear uno contra el otro para hacer ruido. Pronto empezará a agarrar objetos más pequeños con solamente el dedo pulgar y el índice. Esté preparado usted para cuando el niño comience a levantar migas u otros objetos pequeñitos del piso. Vigílelo de cerca porque probablemente meterá dichas cosas a la boca.

Les cautiva a los niños pequeños mirarse en el espejo. Muchos juguetes tienen espejos pequeños integrados, pero un espejo colgado bajo en la pared permite que los bebés muy pequeños se vean cuando están en el piso, que los bebés móviles vayan rodando para acercarse a él, y que los niños de uno y dos años exploren el concepto de las partes del cuerpo (ojos, nariz, dientes, etc.).

Las cajas ofrecen un sinfín de oportunidades de jugar. Los bebés pequeños pueden explorar una caja pequeña pegándola o abriendo y cerrándola. Pueden meterse desde arriba o por el túnel de una caja más grande, poner objetos adentro y botarlos para vaciarla. Los objetos empiezan a cobrar propósitos para los niños de uno y dos años. Una caja grande podría ser una casa, una cueva o una tienda de campaña; una caja más pequeña podría ser un sombrero, un tambor o un carro. Las tiendas de aparatos electrodomésticos o electrónicos son buenas fuentes de cajas grandes y fuertes, y las cajitas para zapatos y pañuelos desechables pueden ser juguetes pequeños divertidos.

Algunos objetos para tirar sin peligro podrían incluir calcetines limpios enrollados, esponjas de malla del baño o estropajos de cocina. Los bebés pequeños pueden agarrarlos fácilmente; los mayores pueden usarlos para llenar y botar o tirarlos en cajas o canastas. Las esponjas y los estropajos también pueden servir de accesorios excelentes para el jugar con agua y la exploración de los conceptos de tamaño, forma, color y textura. Si usted coloca estas cosas justo fuera del alcance de su hijo, él tendrá que idear cómo alcanzarlas.

Los materiales comunes de la casa—espejos, cajas y hasta bolitas de calcetines—pueden ofrecer a usted y su bebé o niño de uno o dos años horas de exploración y diversión. ¡Disfrute estos momentos motores por todo su alrededor!

Fecha de publicación: 2017
Publicado originalmente en el Boletín: Volumen 29, Número 4