Las relaciones receptivas y de confianza forman una base fuerte para su hijo

mom and toddler daughter

Las relaciones interpersonales dan forma a nuestra vida desde el nacimiento. Los bebés conectan con sus familiares mirando sus caras, llorando y haciendo gorgoritos. ¿Cuáles madres o padres podrían resistirse a un recién nacido que los mira a los ojos? El bebé de usted aprende así quién es usted—un cuidador muy importante en su vida. Los bebés muestran conexiones con sus familias cuando juegan a juegos del tipo “me toca a mí, te toca a ti”, como por ejemplo el de esconderse las caras (pícabu, o ¿dónde está el bebé?) o, durante las comidas, “yo dejo caer la cuchara, tú recoges la cuchara”. Estas interacciones tempranas de dar y recibir ayudan a su bebé a confiar en que usted está disponible y lo quiere. Esta confianza se aumenta si siempre responde usted a los deseos de su bebé (jugar), sus necesidades (cariño, comida y cambios de pañal) y su horario (la hora de dormir).

Algunos bebés responden más que otros. Puede ser difícil animar el juego recíproco en bebés que tienen cólico o no se sienten bien. Los bebés que nacen con retrasos de desarrollo o problemas de vista o audición tal vez tarden más en responder. Es posible que los padres tengan que “trabajar” más en el juego al captar la mirada de su bebé o responder positivamente a cada uno de los esfuerzos que hace el bebé por conectarse con ellos. Es muy importante mostrarle cariño y amor a su bebé, aunque él responda de manera distinta. Así le provee usted los primeros cimientos de su vida social y emocional.

Las relaciones cariñosas, receptivas y de confianza se desarrollan de muchas interacciones positivas tras el tiempo. Nuestras rutinas diarias a menudo preparan el camino en que los niños se sienten seguros en su hogar u otros ambientes conocidos. Utilizamos las rutinas para satisfacer muchas demandas diarias. Por ejemplo, la mayoría de las familias tienen rutinas para la mañana y la tarde. Estas rutinas son previsibles y se repiten cada día. Su hijo puede prever y depender de que usted lo ayude a levantarse, vestirse, desayunar y comenzar su día. Asimismo, los niños se duermen rápidamente por la noche si su hora de acostarse está llena de cariño y rutinas previsibles. Antes de apagar la luz, ¿acuna a su bebé, canta una canción de cuna o lee un cuento? Al hacer esto todas las noches, le comunica a su bebé o niño pequeño que lo quiere y le está disponible.

Los niños que experimentan relaciones receptivas y de confianza aprenden con frecuencia que pueden tranquilizarse sin ayuda hasta que llegue su madre o padre. Con el tiempo aprenden a manejar sus sentimientos y enfrentarse con cambios ocasionales en el horario. Al responder siempre a su bebé y animarlo a participar en interacciones juguetonas, crea usted una relación que durará toda la vida.

Fecha de publicación: 2016
Publicado originalmente en el Boletín: Volumen 29, Número 2